domingo, 20 de septiembre de 2015

¡Vuelta al cole!


Hay un tópico sobre los veranos que viene avalado por el sentido común y por datos históricos: volúmenes reducidos; y otro que se extiende al otoño: ¡peligro! ¿Se desplomarán definitivamente los mercados en breve? ¿nos sorprenderán al alza?

Para quienes hayan estado disfrutando de las vacaciones y permanecido desconectados de la actualidad, aquí dejamos un breve resumen con lo ocurrido durante el verano y el estado de cosas actual:

  • De repente, Grecia ya no parece preocupar a nadie.
  • Temores sobre el crecimiento económico mundial, especialmente en China.
  • Las expectativas de inflación se han visto reducidas.
  • "Experimentos" de los bancos centrales: en buena parte del mundo siguen imprimiendo dinero a toda máquina.
  • Desplome en Agosto tras la devaluación por sorpresa del Yuán Chino.
  • Reuniones de la FED norteamericana en las que nunca se termina de materializar esa anunciada subida de tipos.

¿Cómo ha afectado todo ellos a los distintos activos?

-Bolsas: tras el desplome -en algunos índices en torno al 10%- se ha recuperado aproximadamente la mitad de lo perdido; la cuestión ahora es dilucidar si estamos ante un cambio de tendencia o ha sido una sana y largamente esperada corrección, aún a pesar de su virulencia; y la otra cuestión pendiente: ¿hasta qué punto ha sido inducida o amplificada por algoritmos automáticos de HFT y estrategias de inversión tipo risk parity?

-Deuda: sin grandes cambios en la rentabilidad de la de corto plazo, algunos recortes en los mas largos y notables alzas en la de más riesgo (high yield).

-Divisas: el USD ha estado dando bandazos reflejando las mayores o menores expectativas de subidas de un cuarto de punto en los EEUU; por el momento no ha ocurrido y hay cierto consenso en que tal vez no las veamos al menos durante lo que resta de 2015; por otro lado, la devaluación del Yuán provocó una tormenta en el Forex, especialmente en las divisas de emergentes.

-Materias primas: en general continuan las caídas, con matices; los metales preciosos podrían haber tocado fondo (el oro ha rozado los 1000$/onza), tal vez los industriales también (dudas sobre las reservas y el consumo futuro en China) y también la energía (petróleo en mínimos no vistos desde hace muchos años, gas muy barato, pero preocupación sobre abastecimiento de Uranio); caídas también en productos agrícolas, muy acusadas en las fuertemente dependientes de divisas como el Real brasileño.

¿A qué debemos prestar atención durante las próximas semanas?


  • En Europa, a las próximas elecciones, que podrían resucitar viejos miedos y traer otros nuevos, y también a la crisis humanitaria de los refugiados, que está provocando tensiones entre los miembros.
  • Temor a posibles sustos adicionales desde China, vía datos desfavorables (o poco creíbles) o devaluaciones adicionales que pueden desencadenar una guerra de divisas en toda regla.
  • Datos macroeconómicos de los EEUU en los que, supuestamente, la Reserva Federal se basará para sus próximas decisiones.
  • Evolución de algunas guerras, conflictos, y asuntos de intereses geopolíticos, especialmente en Oriente medio (probable agravamiento de sobreproducción energética o al revés, temores por el suministro) y en Ucrania (su silenciada bancarota viene a significar que gran parte de los préstamos occidentales son irrecuperables).
  • A modo personal, varios asuntos más:


Pienso que conviene permanecer atentos a la carrera de Donald Trump por la presidencia norteamericana, que podría tener un peso cada vez mayor debido a sus puntos de vista en cierta medida radicales; y también que los mercados se encuentran en un momento de extrema indefinición en los que avaricia y miedo están equilibrados, en el que todo el mundo parece estar esperando a que alguien más señale el camino para sumarse después a la tendencia, que tanto podría ser un brutal desplome como una recuperación en la que en un principio, pocos creerían; y por último, atención a algunas entidades financieras internacionales y sobre todo, a lo único que ha permanecido casi inmune a todo: la deuda a largo, sobre todo si la inflación finalmente no estaba tan dormida como creíamos o algún país (asiático para más información) lanza órdenes masivas.

Añadiría el tener muy presente cómo distintos tipos de imprevistos afectarían a nuestra cartera y ajustar composición y riesgos en consecuencia, ya que considero que sus efectos podrían ser más extremos en estos momentos. Por poner algunos ejemplos "con muchas papeletas" entre la categoría de desastres naturales:

Un fuerte terremoto en Japón podría catapultar brevemente al Yen (vía repatriación), a las constructoras, petróleo y gas (aplazamiento de reapertura de nucleares) mientras hundiría aseguradoras, tal vez internacionales; o un nuevo Katrina, que dispararía puntualmente las acciones de compañías americanas de gas y petróleo de esquisto, así como las divisas de productores como Noruega, Canadá, Rusia, etc. Por su parte, el fenómeno conocido como "El niño" puede extremar la volatilidad en algunas commodities y divisas durante los próximos meses.